miércoles, 24 de junio de 2015

Así empezó todo

Mis inicios con el patinaje en línea fueron hará unos veinte años.
Todo empezó cuando en el puerto de mi ciudad empezaron a alquilar patines para pasear por la zona. Recuerdo que los primeros que utilicé eran tan pequeños que solo llevaban tres ruedas en vez de las cuatro que estamos acostumbrados a ver.
Ya con el tiempo llegó la decadencia de estas tiendas, el boom inicial se fue quedando en nada.

Me acuerdo que un día fuimos a Andorra y mi hermana y yo nos compramos unos patines. Los míos creo recordar que eran unos Roces y los suyos, unos Rollerblade muy parecidos a los de la foto.


No tengo palabras para describir el diseño tan espantoso que tenían los patines de antes… está claro que tenían muchas similitudes con las botas de esquí y seguro que para entonces eran lo más de lo más.
La cuestión es que, cuando los Roces se me quedaron pequeños, utilicé los Rollerblade de mi hermana, aunque eran como tres tallas más grandes… Aun así, con ellos aprendí mucho.
Luego, con mi pareja decidimos comprarnos unos patines (ya de nuestra talla) para ir juntos. Se trataba de unos fitness económicos tirando a malillos. Yo los he utilizado bastante y he aprendido mis cosillas, pero eran incomodísimos:



Finalmente, hace unos meses me compré mis patines actuales y no hay punto de comparación. Pese a ser duros, para mi son comodísimos. Cuando me los probé en la tienda supe que eran los adecuados:


Cabe decir, que aunque hayan pasado tantos años, ahora me gusta igual o más, y aunque de la mitad de las veces que me pongo los patines me voy al suelo (caídas muy pero que muy tontas), lo importante es que me vuelvo a levantar y sigo adelante. Creo que es importante no cogerle miedo, eso sí, las protecciones son un elemento básico para no hacernos daño.

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